La cita para descubrir el montaje expositivo de los Premios CDICV 2018 es el 8 de noviembre a las 19:00 horas en la EASD Valencia. Se trata de un trabajo de Juan Yeste, ganador de la edición anterior de estos galadones, con quien hemos tenido una charla
-Como ganador de la pasada edición de los Premios CDICV, eres el encargado de comisariar la exposición de las más de 30 propuestas de este año. ¿Nos puedes adelantar el hilo conductor o las líneas generales de la muestra?
En realidad no hay un hilo conductor, hay una continuidad en dos ejes. Uno de ellos corresponde a los Trabajos Fin de Grado y a los resultados que los diseñadores proponen. El otro engarza mi proyecto, La Mar de Hostel, que resultó ser el trabajo ganador del año pasado, con la intervención. La idea propone un guiño a La Mar de Hostel, recreando también el fondo marino contaminado por los plásticos. Este material empleado es parte de la crítica sobre la sociedad consumista.
-Aunque joven, llevas años trabajando profesionalmente, ¿en qué campo del diseño te sientes más cómodo?
La verdad que últimamente me siento más cómodo proyectando interiorismo comercial. Cada sector es diferente, la amplitud de uso y el público objetivo de cada proyecto es diverso y esto posibilita su dinamicidad. Las nuevas tendencias de compra hacen que la digitalización en el punto de venta sea clave, hecho que incide mucho en el diseño.
-En vuestra profesión, la formación continua es esencial. ¿Cuáles son tus recomendaciones para mantenerse actualizado profesionalmente?
Nunca hay que dejar de aprender, siempre hay que tener buenos referentes, analizar sus proyectos, no quedarse con lo superfluo. En mi opinión una de las cualidades más importes de un diseñador es ser observador; el visitar ferias, la lectura de prensa especializada y el arte son tareas imprescindibles.
-¿Crees que existe un ‘Made in Valencia’ en el diseño de interiores? Si así es, ¿cuáles serían sus principales rasgos?
En mi opinión, creo que no. Cada proyecto es único, siempre va de la mano de un concepto. En cada uno de ellos la utilización de materiales, formas, texturas, color, iluminación… se aplican de forma distinta sin que ello signifique un “Made in Valencia”.
-¿Te consideras heredero de alguna corriente estilística?
Pienso que de algún modo soy heredero de todas las corrientes estéticas que se pueden aplicar al diseño. Cada proyecto es único, se hace a medida, es como hacer un traje para cada cliente.
-¿Entre los diferentes ámbitos y posibilidades de la arquitectura y diseño de interiores, tienes alguna preferencia?
En cierta manera me he sentido cómodo trabajando en los diferentes campos de la arquitectura interior y diseño a lo largo de mi trayectoria profesional. No puedo destacar entre algunos de ellos, aunque en la actualidad trabajo más en interiorismo comercial.
-¿Cuáles son tus recomendaciones a todos los finalistas del Premio CDICV 2018?
Luchar. Que crean en lo que hacen, que lo hagan con pasión. Que no dejen de formarse, pues siempre hay que estar aprendiendo.
-¿Cuál sería tu cliente y/o proyecto soñado?
En general todos los clientes son bienvenidos, pero si tienen sensibilidad por el diseño, mejor, de esta manera la relación laboral será muy positiva.
Creo que un proyecto vinculado al sector hostelero y del ocio. Las tendencias de consumo varían y el cliente no solo busca un buen producto y servicio, también busca sentir, experimentar; y lograr esa experiencia valiosa y personal. Todo ello es fundamental en el diseño.