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NUEVO PROYECTO DE CARMEN BASELGA · CASA CAPICUA

Carmen Baselga (Col. nº 0008) nos presenta su nuevo proyecto, el diseño de Casa Capicua, un local situado en el barrio de la Roqueta de Valencia.

Este espacio de diseño contemporáneo trata de interpretar la filosofía gastronómica de sus jóvenes cocineras. Se concibió buscando obtener el máximo aprovechamiento, dadas sus reducidas dimensiones.

Es el resultado de la combinación de materiales cerámicos con el tradicional mármol blanco Macael apomazado y microcemento en los suelos. Trasmite simplicidad, sencillez, tradición y modernidad.

Los colores mar y tierra se tomaron del logo de Casa Capicua. Los azules nos acercan al Mediterráneo y vienen representados  mediante el uso de cerámicas esmaltadas en azul añil, rejuntes en las zonas de alicatado blanco o pinturas murales; los tonos tierra hacen referencia a la huerta, a la casa tradicional, confieren calidez, cobijo, y tienen presencia mediante el uso de la cerámica en color natural en diferentes formatos. Blancos y grises completan la composición cromática.

Se utiliza la celosía cerámica para crear sensación de profundidad, no es el uso habitual para separar estancias.  Se trata de una doble piel, se separa del plano de la pared de manera que tanto con el sol mediterráneo que penetra a través de los ventanales, como con la luz artificial, se generan juegos de sombras cambiantes según el momento del día. Estas piezas son de la empresa  A mano alzada (Celosía Cerámica Natural Arena CLS 008 15,5×15,5×5,5cm). El carácter permeable de estos murales horadados  aporta textura y profundidad de campo.

Se combinan superficies de paredes blancas con rasilla cerámica para conseguir una textura singular. Esta se utiliza como revestimiento para alicatar diferentes paramentos verticales, entre ellos la barra; se instala invertida, mostrando la superficie ranurada de la cara posterior, trasgrediendo así la forma tradicional de colocación.

El azulejo esmaltado blanco de 20x20cm aporta neutralidad y contribuye a dar homogeneidad al conjunto.

La cerámica aparece también, pero en este caso artesanal, en la instalación suspendida del techo diseñada ex profeso por el estudio de Carmen Baselga, compuesta por 168 peces cerámicos, realizados por la artista Lorna Benavides, que aporta personalidad al espacio haciendo de este un lugar inconfundible y aportando singularidad a la imagen de marca Casa Capicúa. “Con ella queremos crear un doble plano, alejar visualmente el techo real y que tu referencia en altura sea el plano de los peces suspendidos, como si fuera esta la superficie del agua y nosotros estuviéramos por debajo de ella. También evoca aquella forma que tenían nuestros antepasados de conservar alimentos como el pescado tendiéndolo al sol y al aire libre para que se deshidratara,  y que aún se conservan en algunas zonas marineras.”

Una mesa para compartir siempre que la situación lo permita, toma protagonismo en la sala. Esta servirá también para hacer presentaciones de libros sobre cultura gastronómica, demostraciones culinarias o entrevistar a personalidades de la cultura literaria y gastronómica.

La luz con la intensidad necesaria sobre las superficies de trabajo y con carácter más teatral favorece la creación de una atmosfera envolvente y cálida.

En el exterior, la terraza de Casa Capicua es como “um pedacinho de Portugal em Valencia” El uso de la silla 5008, “La portuguesa”, tan característica de las terrazas lisboetas, evoca viajes a la costa oeste de nuestra península Ibérica, es un guiño a la luz atlántica desde el cálido mediterráneo. Producida por Adico desde los años 30 del siglo pasado, es ya un clásico, sigue vigente tanto estética como funcionalmente. El acabado elegido, color coral, liga a la perfección con las tonalidades terracota de las cerámicas interiores.

Fotografía: Mariela Apollonio