Cosín Estudio presenta el proyecto de interiorismo de oficina situado en València.
Los propietarios de esta agencia organizadora de viajes tenían la necesidad de ampliar los puestos dedicados a oficina.
Se encontraban en un local ya reformado y compartimentado en su mayor parte. Este local rectangular, de acusada longitud y gran altura (4 metros) se encuentra ubicado en un conocido bloque de viviendas de la ciudad de Valencia. Se trata de la llamada Finca FERCA, “Grupo residencial de agentes comerciales”, del arquitecto José Luis Testor, construida en 1946. La fachada principal del local recae hacia los jardines del antiguo cauce del río Turia, y la fachada trasera recibe luz y ventilación del gran patio de manzana característico de este tipo de edificaciones. Un pequeño patio intermedio provee de ventilación a la segunda crujía del bajo.
La mitad del interior del local es la que se hallaba ya reformada, con los despachos de dirección y sala de juntas compartimentados mediante mamparas de vidrio y perfil metálico de color grafito.
Para los nuevos puestos de trabajo no tenía sentido utilizar el mismo lenguaje, dado que este espacio obedece a funciones diferentes. Por ello, se decidió crear una subestructura de madera, que al situarse un metro por debajo del techo original, consigue humanizar y transformar la escala excesivamente vertical del local.
Esta subestructura, formada por pórticos equidistantes de madera, sirve de soporte a los elementos de almacenaje, formados por contenedores a medida, lacados en distintos tonos de azul.
Los dinteles de madera se han revestido con piezas textiles fonoabsorventes para facilitar la acústica en el espacio de trabajo. También se ha abierto un gran ventanal en el patio intermedio, con lo que conseguimos que la zona de paso se convierta en otra zona de trabajo, con mesa paralela a pared.
Para unir visualmente esta nueva intervención con la existente se ha utilizado la misma madera del pórtico, aunque en este caso con formato de piezas verticales formando una piel estriada.
Para reforzar ese “techo ficticio” que el estudio creó con la madera, hemos iluminado con una nube de lámparas esféricas de vidrio, repartidas de forma aleatoria y situadas en altura alrededor de las vigas de madera.
Fotografías: Mayte Piera